El gol de Tardelli

El gol de Tardelli

miércoles, 1 de marzo de 2017

El Stuka que hizo temblar al Duce

El Sevilla C.F., ahora a las órdenes del indómito Sampaoli, continúa haciendo leyenda, encaramado en lo más alto de la tabla y peleando en la Champions League, tras una década prodigiosa que le ha llevado a conquistar seis títulos europeos. Todo un triunfo para el fútbol español que ha servido, además, para reivindicar algunas de las raíces gloriosas del club hispalense.
Campanal, el líder del primer Sevilla de leyenda (foto extraída del blog Ayer y Hoy Sevillista)
Así, echando la vista atrás en busca de antecedentes victoriosos en el equipo de Nervión, se evoca la prodigiosa ‘Delantera Stuka’, una de las líneas de ataque más mortíferas de la historia del fútbol español. Fraguada durante la guerra civil, enmarcó sus éxitos entre la Copa de 1939 y el título de Liga de 1946. De la potencia goleadora de aquella vanguardia, que tomó el nombre de los temibles cazabombarderos de la Luftwaffe alemana, valga de ejemplo el formidable arranque de liga de la campaña 1940-1941: 11-1 ante el Barcelona, 0-4 ante el Oviedo y 10-3 ante el Valencia.

Los artilleros de aquel conjunto mítico eran López, un extremo listo e imaginativo; Raimundo y Pepillo, que ponían la clase y el talento; Torrontegui y Berrocal, atacantes infatigables, y ‘el gordo’ Campanal, la punta volcánica y arrolladora del equipo, y uno de los mejores rematadores del fútbol español de siempre. Guillermo González del Río,  que era su nombre auténtico, tomando el apodo fubolístico de su pueblo natal, el asturiano Campanal, fue, asimismo, el referente internacional y mundialista de aquel Sevilla, protagonizando toda una gesta en el Mundial de 1934.

Con poco más de 20 años, ya era toda una figura de balompié patrio. Su corpulencia, su remate a la media vuelta y su disparo infalible le dieron fama y un billete para el Campeonato del Mundo de Italia como recambio para el gran Lángara. Salvando las distancias del tiempo y la memoria, y excluyendo a la Roja triunfal de los últimos años, no ha existido mejor selección española mundialista que aquélla. El ‘Divino’ Zamora, QuincocesCiriaco y Gorostiza redondeaban un plantel que comenzó ganando ni más ni menos que a Brasil por 3-1.
Una pelotera en el España-Brasil del Mundial de 1934
La mala suerte quiso que en cuartos de final se cruzara la anfitriona Italia, amparada por el Duce, el dictador fascista Mussolini, que no estaba dispuesto a consentir que la Copa del Mundo saliera del país; de ahí su tenebrosa consigna ‘Vencer o morir’. Aun así, la escuadra española, con calidad y coraje, empató a uno en un partido convertido en una batalla campal consentida vilmente por el árbitro.

Con los españoles en cuadro por las lesiones, se disputó un partido de desempate en el que el bueno de Campanal tuvo su oportunidad. Y bien que la aprovechó porque rompió la dura defensa italiana con dos tantos... que fueron anulados por el árbitro. Meazza logró el gol de la victoria para los italianos, para vergüenza del fútbol y satisfacción de Mussolini, que no admitía más Stuka que los de sus aliados nazis.


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